Fotos y texto por: Birzavit García
En el corazón del Parque Juárez de Xalapa, Veracruz, Don Sabin, se ha convertido en una presencia icónica. Su vida es una auténtica melodía de perseverancia y optimismo.
¿Cómo comenzó su carrera en la música?
Desde joven, se enamoró de la música. Aprendió a tocar el
piano y el acordeón, y durante muchos años, tocaba en bandas locales en fiestas
y eventos comunitarios. La música era su vida y su manera de expresarse.
¿Qué fue lo que le llevó a cambiar de profesión?
Hace veinte años, sufrió un derrame cerebral que le dejó
incapacitado para tocar. Fue un golpe muy duro, pero decidió que tenía que
seguir adelante de alguna manera. "Fue un momento muy oscuro, pero sabía
que rendirme no era una opción".
¿Cómo fue la transición de músico a bolero?
Al principio, fue muy difícil. Extrañaba mucho la música, pero encontró en el trabajo de bolero una nueva forma de crear algo hermoso. "Cada zapato que limpio es como una pequeña obra de arte para mí", dice. El trabajo en el parque le permitió estar en contacto constante con la comunidad, algo que valoraba profundamente.
¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo actual?
Disfruta mucho la interacción con la gente. Sus clientes se
han convertido en amigos, y cada día es una oportunidad para escuchar sus
historias y compartir las suyas. Además, valora la independencia que este
trabajo le proporciona.
¿Cómo ha impactado este trabajo en su vida personal?
Este trabajo le ha dado una nueva perspectiva. Le ha
enseñado a valorar las pequeñas cosas y a encontrar alegría en lo simple.
Además, le ha permitido seguir siendo parte de la comunidad de una manera
significativa, fortaleciendo su sentido de pertenencia.
¿Qué mensaje le gustaría dejar a quienes enfrentan
adversidades?
La vida puede cambiar en un instante, pero siempre hay una
manera de seguir adelante. Cada desafío es una oportunidad para encontrar una
nueva forma de vivir y prosperar. Su historia es un testimonio de que la
resiliencia y la esperanza pueden transformar cualquier situación.
Con su sonrisa cálida y manos expertas, sigue creando su
sinfonía día a día en el vibrante escenario del Parque Juárez. Su historia es
un testimonio de la capacidad humana para adaptarse, superar y encontrar
belleza en lo cotidiano. "La vida sigue, y siempre hay una forma de
encontrar la luz en medio de la oscuridad", concluye con una mirada llena
de determinación y esperanza.