Fotos y Texto por: Luz Bautista

La maestra Luz Marín, docente de preparatoria hace 23 años cuyo recorrido profesional y personal es verdaderamente inspirador. Luz perdió la audición a una edad temprana, pero eso no le impidió desarrollar una notable capacidad para hablar y, más aún, para enseñar. A lo largo de su vida, ha enfrentado y superado numerosos desafíos, convirtiéndose en un ejemplo de resiliencia y dedicación.

¿Cuándo y cómo experimentaste la pérdida de audición?

Cerca de cumplir un año de edad, me enfermé de sarampión y como secuela, tuve pérdida auditiva en ambos oídos. La primera en darse cuenta de que algo no estaba del todo bien conmigo, fue mi mamá…puedo decir que después de múltiples consultas con otorrinolaringólogos y audiólogos; a los 4 años aproximadamente me colocaron un auxiliar auditivo, y comenzó mi terapia de lenguaje, misma que se prolongó por varias temporadas hasta cuando estuve en la secundaria. Recuerdo que cuando estuve cursando el preescolar, a la par y durante un corto tiempo, también estuve asistiendo a una escuela de educación especial en la ciudad de Poza Rica, Ver.

¿Qué emociones y desafíos enfrentaste al adaptarte a la sordera?

En realidad no me costó adaptarme a la sordera, más bien, me costó adaptarme al uso del auxiliar. Si bien agradezco que el uso del auxiliar me permitió entender lo que me decían mis maestros en clases, yo siempre fui consciente de que “escuchar” no era mi naturaleza; al llegar la noche y alistarse para dormir, era el momento del día que yo más disfrutaba, porque siempre para dormir se debe quitar uno el aparato auditivo, entonces al quitármelo y quedar en ese estado de silencio… era experimentar una paz y una tranquilidad que no vivía durante el día.

En cuanto a los desafíos, puedo decir que el más complicado era en la escuela, porque en ese tiempo se acostumbraba mucho el dictado; en ocasiones no entendía algunas palabras, pero al final de cuentas lo resolvía echando un vistazo a la libreta de mi compañero de clase que se sentaba a mi lado para así poder copiar las palabras que no lograba captar.

¿Cómo ha afectado tu pérdida de audición tu enfoque y métodos de enseñanza?

Si bien durante mucho tiempo usé aparato auditivo, desde hace unos años, por cuestiones de salud y personales ya no lo usaba, así que dejé de aplicar algunas estrategias… Por ejemplo, mis alumnos no realizan exposiciones, mesas redondas o debates, porque me es difícil dar seguimiento a sus participaciones, sobre todo cuando son temas en donde al estar emocionados por opinar, no levantan la mano y entonces se pierde el orden en sus intervenciones. Además de que leer los labios no es tan fácil como parece y sí resulta cansado; y sobre todo, no tengo la garantía de entender la idea precisa que mis alumnos están transmitiendo.

En mi caso, yo les hago preguntas de reflexión a todo el grupo, y ellos en su libreta deben redactar, de forma individual, su respuesta y/o opinión, en una total de 50, 100, 150 ó 200 palabras (según el tema abordado); así que de esa forma, hasta de los más tímidos y callados que no les gusta participar en clase, yo me aseguro de que expresen sus pensamientos por escrito y yo los puedo leer, y puedo comprender sus participaciones.



¿Qué estrategias has implementado para comunicarte eficazmente con tus estudiantes?

Básicamente son tres estrategias:

Les enseño algunas señas básicas de la LSM (Lengua de Señas Mexicana), por ejemplo: “buenos días”, “buenas tardes”, “libro”, “libreta”, “tengo dudas”, “permiso para ir al baño”, “sí”, “no”, entre otras.

Cuando mis alumnos quieren expresar una duda, hacer un comentario o participar; en lugar de expresarlo con voz, primero lo escriben, o en su libreta o en su celular; levantan la mano y hacen la seña de “dudas”, yo me acerco a ellos, o ellos a mí, y leo lo que han escrito, después lo leen en voz alta para que sus compañeros estén enterados… y ya yo procedo a responder o aclarar dudas con voz.

Cuando llegó a aplicar actividades de retroalimentación, el grupo se divide en equipos y les hago preguntas muy concretas en donde la respuesta se puede escribir en una sola palabra, para eso, a cada equipo le entregó un pequeño pizarrón, plumón y borrador; y es en el pizarrón donde escriben las respuestas durante el tiempo que aplicamos la dinámica.


¿Utilizas alguna tecnología asistiva en el aula? ¿Cuál ha sido tu experiencia con estas herramientas?

Espero el magisterio no se me venga encima porque soy tradicionalista; en el sentido de que solo hago uso de libreta, libro, pizarrón, y de vez en cuando láminas o imágenes (impresas)… la única herramienta tecnológica la usan mis alumnos, en este caso el celular y es para poder escribirme con mayor rapidez sus dudas y/o comentarios en el salón de clases.

¿Cómo perciben y responden tus estudiantes a tu pérdida de audición?

Es como una balanza, en un lado, están los que se aprovechan de la situación, pensando que nunca nunca me voy a dar cuenta de que están haciendo comentarios fuera de lugar o alguna acción ajena a la actividad que en clase se está trabajando… y es que no tienen la noción de que me guio por sus ademanes, gestos, miradas, etc; y que para mí es la pauta para comprender mi entorno. Hay quienes han rebasado los límites, Y en el otro lado, que afortunadamente es la parte que pesa más en la balanza y de forma positiva; es que la mayoría son o procuran ser más empáticos en el trato hacia mi persona; saben que no siempre resulta fácil la lectura de labios, entonces todo lo que quieren decirme, lo escriben o usan señas básicas, o el deletreo.

¿Qué métodos utilizas para asegurarte de que los estudiantes entiendan tus instrucciones y lecciones?

Es bien sabido que cuando uno les pregunta: “¿tienen alguna duda?”... la gran mayoría de las veces contestan que no… pero en el fondo sabemos que no es así, que en realidad hay quien se queda con dudas pero por pena a la reacción de sus compañeros o del mismo profesor, no las externas; entonces, yo les digo que conmigo pueden tener toda la confianza de preguntar o participar, porque no requieren expresarse con voz, sino por escrito… y al escribirme sus dudas, sólo yo las leo… cuando considero que todo el grupo debe estar al tanto, les pido su autorización para leer la duda en voz alta; y ellos me dicen que sí o que no; y respeto su decisión.

¿Qué tipo de apoyo has recibido de la institución educativa donde trabajas?

En este caso, me inclino más hacia el lado afectivo; por eso he de responder que el apoyo más importante para mí es: su amistad, su compañerismo; algunos de mis compañeros en cuanto me ven, me saludan con la seña universal, que significa “I Love You”, pero que dentro de la comunidad sorda, también se usa tanto para saludo, para despedirse o como muestra de afecto. También hacen la seña de “cariño” y eso para mí es un gesto hermoso.




¿Qué medidas crees que podrían implementarse para mejorar el entorno de trabajo para maestros con discapacidad auditiva?

La presencia de un intérprete sin duda, facilita la comunicación entre oyente-sordo; sin embargo, tiene su grado de dificultad, los intérpretes hacen un esfuerzo enorme a nivel cognitivo para traducir del español a la gramática de la LSM y uno solo no se daría abasto, tomando en cuenta el lapso de tiempo que uno pasa frente al aula.

¿Cuál ha sido el mayor desafío que has enfrentado en el aula debido a tu sordera?

El mayor desafío, y que no sólo lo enfrentó en el aula, sino fuera de ella… es que muchas personas tienen la idea de que las personas sordas por ende, somos mudas… de hecho el término “sordomudo” es incorrecto, lo correcto es decir: “sordo”… por ello cuando me oyen hablar de la manera en que lo hago, de forma fluida y comprensible, aunque con algunos detalles en la pronunciación; hay quienes piensan que soy oyente; y eso me genera frustración… En parte los comprendo, porque al no tener información sobre la cultura sorda, de generación en generación se van transmitiendo la idea errónea de que los sordos no tenemos voz…

¿Por qué yo hablo como hablo?... porque la historia de cada sordo es diferente… depende de muchas circunstancias… tengo amigos y conocidos que por las razones que sean no pudieron recibir terapia de lenguaje, o la recibieron pero en sus casas no reforzaban los ejercicios de las terapias (aclaró que depende de otros factores también) entonces su dicción es diferente y al recibir burlas de los demás, deciden no usar la voz para comunicarse y sólo lo hacen en casa con sus familiares. Pero recalco, tener sordera no implica forzosamente que haya mutismo.

¿Qué consejo le darías a otros maestros que estén enfrentando una pérdida de audición?

El consejo que desde mi experiencia puedo dar, es que no se limiten, ya lo decía Aristóteles: "somos animales racionales", por lo tanto, ante las adversidades, podemos hacer uso del raciocinio para encontrar alternativas para vivir el día a día.

Recuerdo que en una ocasión, un compañero de trabajo me preguntó: "Cuando eras niña, y estabas en la primaria, ¿Nunca te sentiste menos al ver que tus compañeros escuchaban y tú tenías que usar un aparato? (Auditivo)

A lo que respondí: "Nunca me habían hecho esa pregunta, y nunca me detuve a pensar en ello. Yo estaba consciente de mi realidad, y si me hubiera sentido inferior a ellos, no estaría donde estoy ahora"

¿Cómo crees que puede contribuir tu experiencia a una mejor comprensión y apoyo para personas con discapacidades?

Hay quienes me dicen: "yo no puedo imaginarme sin escuchar" y yo los entiendo, porque me pasa lo mismo, pero al revés, es decir, "yo no puedo imaginarme escuchando" Yo prefiero el silencio y para comunicarse prefiero la LSM que la voz, aunque por mi entorno laboral en donde convivo con oyentes, recurrir más a la voz.

Creo firmemente que todo cambio y proceso de aceptación comienza con uno mismo... Si yo abrazo mi discapacidad, soy consciente de ella y la aceptó, abrir los canales hacia la empatía... Por el contrario, si la rechazo o la tomo como un castigo o una injusticia de la vida, estoy cerrando las puertas hacia la aceptación.

Desde mi infancia he abrazado mi discapacidad, lo cual no significa que todo haya sido color rosa, pero sí que mi felicidad no depende de mi limitación sensorial.

¿Por qué para usted es mejor el silencio que el ruido?

Difícil responder esta pregunta...

San Agustín, un filósofo de la época medieval, decía: "Si nadie me lo pregunta, lo sé; si quiero explicarlo a quien me lo pide, no lo sé"... Se refería a la dificultad de explicar qué es el tiempo, porque es un proceso personal y subjetivo...

Y justamente se me dificulta explicar porque yo prefiero el silencio... Yo que lo vivo, lo sé... Pero si pretendo explicárselo, no encuentro la manera...

Solo puedo decirle que recuerdo claramente esa paz y tranquilidad que sentía en mi infancia cuando me quitaba el aparato auditivo... Recuerdo también la primera vez que yo conocí a Raúl Aguilera, un maestro y líder muy querido en la comunidad sorda. Lo vi hablando en señas... Y yo no entendía ni papa de lo que él decía; pero la alegría que experimenté al verlo expresarse en lengua de señas fue indescriptible... Siempre supe que me faltaba algo, y justamente era eso, aprender lengua de señas para comunicarse desde mi alma y mi esencia y no solo desde el aparato fonador.